Tren, autobús y micromovilidad para moverse, la movilidad intermodal en España
Moverse por España nunca había sido tan fácil ni tan complejo a la vez. La multiplicación de medios de transporte, trenes, autobuses, bicicletas, patinetes, VTC o coches compartidos, ha transformado la forma en que ciudadanos y viajeros se desplazan. Pero también ha hecho más evidente la necesidad de un sistema intermodal que los conecte de forma sencilla, digital y sostenible.
En 2025, la movilidad intermodal se consolida como una de las grandes apuestas del sector en España. La idea es integrar diferentes modos de transporte bajo un mismo sistema, para que el usuario pueda planificar, pagar y realizar su viaje completo sin barreras.
¿Qué es la intermodalidad y por qué es importante para el futuro?
La intermodalidad consiste en combinar varios medios de transporte en un solo desplazamiento, de forma eficiente, conectada y respetuosa con el medio ambiente. Por ejemplo, tomar un tren de cercanías hasta una estación central, conectar con un autobús metropolitano, y terminar el trayecto con un servicio de bicicleta pública. Todo ello con una sola tarjeta, aplicación o billete.
Un modelo que busca reducir el uso del vehículo privado, mejorar la calidad del aire en las ciudades y hacer que la movilidad sea un derecho accesible para todos los ciudadanos, estén donde estén.
Avances en España hacia la integración
España está dando pasos claros hacia un ecosistema más conectado:
Integración bus–tren en regiones: títulos integrados y tarjetas que permiten enlazar cercanías y autobuses metropolitanos con tarifas planas o bonificadas.
Billete único digital (en despliegue): proyectos para unificar pagos entre operadores urbanos, interurbanos y regionales.
Nodos intermodales urbanos: estaciones que concentran bus, metro/tranvía y micromovilidad, con aparcamientos disuasorios y carriles bici conectados.
Plataformas MaaS: apps que planifican, reservan y pagan viajes con diferentes modos en tiempo real (horarios, incidencias, ocupación).
¿Cuáles son los beneficios?
Personas usuarias: viajes más predecibles, menos transbordos “a ciegas” y costes totales más bajos cuando hay títulos integrados.
Turismo y comercio: mejor acceso a centros históricos y áreas periurbanas sin necesidad de coche, con menor congestión.
Cohesión territorial: soluciones a demanda y enlaces regionales que conectan poblaciones dispersas.
Medio ambiente: más uso de transporte colectivo y activo implica menos emisiones y ruido en áreas urbanas.
¿Cuáles son los retos a resolver?
Fragmentación tecnológica entre operadores y administraciones.
Gobernanza y datos: marcos claros para compartir información (tiempos, ocupación, tarifas) con criterios de seguridad y privacidad.
Tarifas y compensaciones: reglas transparentes para repartir ingresos cuando el billete es único.
Infraestructura: más nodos de intercambio bien diseñados y señalética unificada para transbordos cómodos.
Equidad: que los títulos integrados y el pago digital no excluyan a quien no usa smartphone o banca online.
La intermodalidad no es un lujo tecnológico, es condición necesaria para una movilidad más limpia, eficiente y humana. España ya avanza con integración tarifaria, digitalización y nuevos nodos de intercambio. El siguiente paso es hacer que todos los modos “hablen el mismo idioma” con un viaje, un plan y un único pago.
Ugaitz Goñi.





