La profesionalización del sector se perfila como la mejor vía para atraer a nuevos conductores
El déficit de conductores profesionales sigue siendo uno de los mayores retos para el sector del transporte y la logística. Lejos de mejorar, la situación se agrava, y los datos lo dejan claro y es que, en total, 3,6 millones de puestos de conductor de camión están actualmente vacantes en 36 países que representan el 70% del PIB mundial. A esto se suma un panorama aún más preocupante, ya que, en los próximos cinco años se jubilarán 3,4 millones más y pone en jaque la capacidad de respuesta del transporte por carretera.
Durante el Congreso ALACAT 2025 celebrado en Madrid, Lucas Lagier, director sénior de servicios de tránsito y TIR en IRU, intervino en el panel “De la crisis a la oportunidad: cómo la profesionalización puede resolver la escasez de conductores”. Allí, puso sobre la mesa una realidad que ya muchos conocen, pero pocos afrontan con decisión y es que el problema es estructural y global.
Uno de los factores es la descompensación generacional. Solo el 6,5% de los conductores actuales tiene menos de 25 años, mientras que el 31,6% supera ya los 55. Si no se actúa rápido, el relevo generacional será insuficiente para cubrir las necesidades del sector.
La brecha de género tampoco ayuda. La presencia de mujeres al volante de un camión sigue siendo anecdótica. En países como Argentina y México, apenas el 1,7% y el 1,9% respectivamente del total de conductores son mujeres.
Ante este panorama, desde IRU lo tienen claro que lo esencial se encuentra en profesionalizar. Es decir, apostar por programas de formación reconocidos, planes de carrera bien definidos y desarrollo continuo de habilidades, con el objetivo de que ser conductor vuelva a percibirse como una profesión estable, reconocida y con proyección.
Pero no se trata solo de formación. También se necesitan campañas de concienciación, incentivos económicos, y medidas que ayuden a atraer nuevos perfiles al sector, sobre todo a los jóvenes y las mujeres.
Lagier resumió la receta en una frase sencilla: “Hay que hacer más atractivo el oficio, y eso solo se consigue profesionalizando el sector de forma real”. Para ello, pidió una acción conjunta entre gobiernos, empresas e instituciones formativas, con una estrategia clara que facilite el acceso a la profesión y garantice la sostenibilidad del transporte en los próximos años.
