El transporte internacional de mercancías por carretera se prepara para la implantación total del nuevo tacógrafo inteligente

El sector del transporte por carretera dentro de la Unión Europea se enfrenta a un nuevo punto de inflexión. A partir del 19 de agosto de 2025, todos los vehículos pesados matriculados en cualquier Estado miembro y que operen fuera de sus fronteras nacionales deberán contar con el nuevo tacógrafo inteligente de segunda generación (G2V2). La nueva fecha marca el cierre definitivo de un proceso de implantación escalonada que comenzó hace más de dos años y que afecta directamente a la digitalización y control de las operaciones transfronterizas.
La medida supone el último paso para la modernización tecnológica de la flota que circula por la UE y afecta específicamente a aquellos camiones equipados aún con versiones anteriores del tacógrafo inteligente, ya sea la primera generación del dispositivo o incluso modelos analógicos y digitales tradicionales.
Un proceso por fases para facilitar la transición
La implantación del G2V2 no ha sido inmediata. En 2023 se obligó a equipar con este nuevo sistema a todos los vehículos nuevos. Después, en diciembre de 2024, la normativa se extendió a los vehículos ya en circulación que operaban en transporte internacional, siempre que llevaran instalados tacógrafos analógicos o digitales convencionales. Ahora, este último plazo del 19 de agosto de 2025 afecta a los vehículos pesados que aún utilizaban la primera versión del tacógrafo inteligente.
Cabe recordar que a finales de 2024 muchas empresas de transporte no estaban listas para cumplir con la nueva exigencia, debido a retrasos en el suministro de los dispositivos G2V2, falta de disponibilidad en talleres autorizados o problemas técnicos. Eso motivó a IRU, la Organización Internacional del Transporte por Carretera, a solicitar a la Comisión Europea un período de gracia, que fue finalmente concedido por los Estados miembros para dar margen al sector.
Una transición con éxito gracias al esfuerzo del sector
Según Raluca Marian, directora de asuntos europeos de la IRU, el sector ha respondido con una gran capacidad de adaptación y ha superado obstáculos logísticos y económicos. “La mayoría de los operadores han hecho un esfuerzo importante en planificación e inversión, lo que ha permitido cumplir con la fecha límite de agosto para los vehículos pesados”, señaló.
Además, agradeció tanto a las autoridades europeas como a los gobiernos nacionales por haber mostrado flexibilidad y haber dado tiempo al sector para adecuarse.
¿Qué ventajas aporta el tacógrafo G2V2?
La nueva versión del tacógrafo inteligente introduce mejoras en comparación con su antecesor. Entre las funcionalidades más destacadas está el registro automático del cruce de fronteras, así como la posibilidad de acceso remoto a los datos por parte de las autoridades competentes.
No obstante, desde IRU advierten que aún queda camino por recorrer. “Vamos en la dirección adecuada hacia una mayor digitalización, pero todavía estamos lejos de lograr el objetivo de una cabina sin papel para 2030, como se ha propuesto la Comisión Europea”, señaló Marian.
¿Qué viene después?
El siguiente gran cambio ya tiene fecha: 1 de julio de 2026. A partir de entonces, también los vehículos ligeros de entre 2,5 y 3,5 toneladas que realicen transporte internacional en la UE deberán llevar instalado el tacógrafo inteligente G2V2.
Para este tipo de vehículos, será obligatorio cumplir con los mismos tiempos de conducción y descanso que rigen para los vehículos pesados, así como con las normas sobre desplazamiento de conductores recogidas en la normativa específica de la UE.
Además, desde 2022, estos vehículos también deben respetar las reglas sobre cabotaje en el territorio europeo, lo que marca una tendencia clara hacia la armonización normativa para todos los vehículos de transporte de mercancías en el ámbito internacional.
Próximo seminario informativo
Para facilitar la transición, la IRU, en colaboración con la Autoridad Laboral Europea y CORTE, ha organizado un webinario el 3 de septiembre de 2025, en el que se explicarán en detalle los cambios normativos, cómo será su implementación y qué recursos estarán disponibles para los operadores. Un encuentro que servirá para resolver dudas y ofrecer una guía práctica de cara a la siguiente etapa de la digitalización del transporte por carretera.