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Taller Transporte

¿Cómo afecta el precio del combustible al sector del V.I. en la UE?

¿Cómo afecta el precio del combustible al sector del V.I. en la UE?
  • Publishedagosto 30, 2024

El sector del transporte de mercancías por carretera en la Unión Europea está viviendo una transformación, impulsada sobre todo por los cambios en los precios de los combustibles, la transición a fuentes de energía más limpias y las nuevas regulaciones medioambientales. Todos estos factores, recogidos en el último informe y estudio de IRU, tienen un impacto directo en la posventa de vehículos industriales, un área crítica para mantener la eficiencia e intentar reducir los costes totales de propiedad de autobuses y camiones .

Importancia del diésel en el transporte de mercancías

El diésel sigue siendo el combustible más utilizado en la UE, usado por el 99% de los camiones y el 94% de los autobuses debido a su durabilidad y eficiencia, unas cualidades clave para los vehículos pesados que transportan mercancías largas distancias. No obstante, el precio del diésel se ha vuelto más volátil en la última década y ha afectado por fluctuaciones en el precio del petróleo crudo y factores geopolíticos. Por ejemplo, en 2022, el precio medio del diésel en la UE fue de 1,81 euros por litro, un alza del 30% en comparación con la década anterior, con picos importantes durante la guerra en Ucrania.

Los cinco principales países de transporte de mercancías por carretera en la UE (Alemania, Polonia, España, Francia e Italia) son los mayores consumidores de diésel. Alemania, el mayor mercado de transporte de mercancías, lidera el consumo debido a su gran volumen de operaciones, seguido por Polonia, que es un actor clave en las rutas transfronterizas debido a sus bajos precios de combustible.

Crecimiento del transporte y uso de combustibles alternativos

En los últimos diez años, el volumen de transporte de mercancías en la UE ha crecido y ha alcanzado un máximo de 192 billones de toneladas-kilómetro en 2022, un crecimiento que ha venido acompañado de un aumento en el interés por combustibles alternativos, como el gas natural comprimido, gas natural licuado, hidrógeno y electricidad. En 2023, había alrededor de 98.000 vehículos industriales que utilizaban alternativas al diésel en la UE.

Polonia, Italia y España son los países que lideran el uso de GNC y GNL gracias a sus bajos costes de combustible, una infraestructura sólida de reabastecimiento y políticas favorables, como tarifas de peaje reducidas para estos vehículos. Alemania, además, se ha centrado en la adopción de vehículos eléctricos, apoyada por subsidios gubernamentales y la disponibilidad de infraestructura de carga.

Flotas de autobuses y camiones

La flota de la UE está formada por 6,5 millones de camiones y 720.000 autobuses y autocares. La flota de camiones crece constantemente. Cada año se incorporan nuevos camiones, mientras que los camiones más antiguos suelen seguir utilizándose y encuentran nuevas aplicaciones específicas, como la retirada de nieve en pequeñas comunidades. Por otro lado, el número de autobuses y autocares es más estable. Los autobuses más antiguos tienen menos posibilidades de uso en la UE, por lo que es más probable que se exporten.

Los autobuses también juegan un papel importante en el consumo de combustible y en los esfuerzos hacia la sostenibilidad en el transporte. En 2021, las flotas de autobuses y autocares en la UE recorrieron aproximadamente 330 mil millones de kilómetros, poniendo de manifiesto la magnitud del consumo energético en este sector. Al igual que con los camiones, los autobuses diésel son los más utilizados con un 94% de la flota total.

Matriculaciones de V.I. y autobuses en abril de 2024

En cierto modo, hay una creciente adopción de vehículos eléctricos y otros combustibles alternativos en las flotas de autobuses, especialmente en países como Alemania, donde los autobuses eléctricos han crecido en popularidad gracias a subsidios y políticas nacionales de apoyo a las tecnologías de cero emisiones. La transición hacia autobuses más limpios responde a las regulaciones ambientales y a una necesidad de reducir los costes a largo plazo.

AdBlue y reducción de emisiones

El AdBlue, una solución que ayuda a reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno en motores diésel, es otro componente clave en la estrategia de sostenibilidad del transporte por carretera en la UE. La demanda de AdBlue ha crecido en paralelo con el uso de motores diésel y ha representado aproximadamente el 5% del consumo de diésel en volumen. Aun así, su precio ha ido variando debido a su dependencia del gas natural, que se disparó en 2022 por el conflicto en Ucrania. En algunos países, el precio del AdBlue pasó de 0,5 euros por litro a 1,15 euros por litro, un crecimiento del 130%.

Para las empresas de posventa, adaptarse a este panorama cambiante implica ofrecer servicios especializados para vehículos que utilizan combustibles alternativos, como mantenimiento y reparación de sistemas de propulsión de gas y eléctricos. Además, es primordial estar al tanto de las normativas ambientales y los cambios en los impuestos sobre el combustible en la UE, ya que estos factores son los que afectan los costes operativos y, por ende, la rentabilidad de las flotas.

También es importante optimizar el uso del combustible y otros consumibles, como el AdBlue, mediante una planificación eficiente de las rutas y el uso de tecnologías avanzadas que mejoren la eficiencia de los vehículos. La capacitación continua del personal en nuevas tecnologías y la inversión en equipos de diagnóstico y reparación son, también, fundamentales para mantenerse competitivos.

Posibles tendencias

El camino hacia la neutralidad de carbono para 2050 que la UE ha adoptado implica una transición hacia combustibles alternativos y vehículos eléctricos. El aceite vegetal hidrotratado y la electricidad están ganando presencia en la UE ya que ofrecen una reducción de emisiones. No obstante, tienen por delante retos en cuanto a costes y disponibilidad. Por ejemplo, el HVO puede costar entre 0,04 y 0,50 euros más por litro que el diésel, y su disponibilidad puede variar mucho entre los países de la eurozona.

Los precios de la energía y del combustible seguirán siendo influenciados por factores como la demanda de los consumidores, decisiones políticas y acontecimientos geopolíticos, por lo que, los operadores de flotas tendrán que mantenerse informados sobre estas dinámicas para ajustar sus estrategias de forma eficaz y aprovechar las oportunidades que surjan en el entorno actual.

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